16 de marzo de 2017

El Yoga se abre camino en Colombia

La práctica de yoga ha despertado un gran interés en la sociedad occidental contemporánea como respuesta al agitado ritmo de vida y el estrés. Hacia mitad del siglo XX, el yoga irrumpió en Occidente, donde ya se ha consolidado como un fenómeno global avalado por estudios científicos que determinan sus bondades. Esta disciplina milenaria ha tenido tanto éxito al punto de ser declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

La tradición viene cobrando especial importancia a nivel mundial, por ejemplo el gobierno de India cuenta desde 2014 con el Ministerio de Ayurveda, Yoga y Naturopatía, y ese mismo año la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el 21 de junio como día internacional del Yoga, mencionando que “proporciona una aproximación holística a la salud y al bienestar” y reconociendo que es importarte informar “al mundo que la práctica constante favorece la prevención de enfermedades”.
El yoga gana reconocimiento a medida que empieza a hacer parte de estudios e investigaciones que reconocen sus ventajas, pero también lucha contra la banalización y la irresponsabilidad en su enseñanza. Bajo el título “yoga” se ofrecen experiencias espirituales profundas, autonocimiento y búsqueda del balance cuerpo y mente, sin embargo, hay quienes lo han convertido en una lucrativa tendencia pseudoespiritual ofreciendo programas como beer yoga, hot yoga, acroyoga, que incluso podrían reemplazar la actividad física desarrollada en gimnasios.
Entre los beneficios del Yoga se puede mencionar el fortalecimiento de huesos y músculos, mayor flexibilidad, mejoramiento de la respiración, manejo de estrés, concentración y una conexión consciente con el entorno, entre otros.
Es por esto, que el gobierno de la India ha asumido la responsabilidad de difundir el Yoga bajo la instrucción responsable a cargo de maestros formados en la tradición india. Es el caso del profesor Ajinkya Deshpande, que llegó hace poco más de un año a Bogotá, de la mano del Indian Council for Cultural Relations y de la Embajada India en Colombia.
Su estadía en el país le ha permitido diseñar de la mano de la academia programas integrales en teoría y práctica, abandonando el empirismo y fijando la atención del estudiante en los aspectos científicos del Yoga. También le ha permitido reconocer un hecho insólito, encontrarse con personas de todas las edades, con un sincero entusiasmo en los temas filosóficos, lo cual implica la necesidad de formar apropiadamente a los profesores para que pueda haber una difusión significativa del verdadero yoga en Colombia.
Deshpande observa como paulatinamente el Yoga deja de ser solamente una práctica física importada por Occidente. Los practicantes en Colombia empiezan a reconocer la conexión del cuerpo y la mente durante la ejecución de asanas (posturas), que permite finalizar las sesiones con altos niveles de energía contrario a lo que sucede con el ejercicio corporal. La moda del Yoga y los costosos accesorios comienzan a perder peso frente a los beneficios reales que su práctica tradicional y responsable ofrece.
Es necesario que las instituciones no solo busquen avanzar en diferentes niveles de dificultad en las posturas, sino que se incluya la práctica de pranayamas (ejercicios de respiración), Kriyas (procesos de limpieza) y Dhyan (meditación), que tienen igual importancia en la formación yóguica tradicional. El Yoga es un paquete completo para la humanidad.
El programa diseñado por La Universidad Externado de Colombia y la Embajada de India, es el único de su género entre las 180 misiones diplomáticas que tienen a su cargo la difusión de esta práctica milenaria lo que ha llamado la atención de las instancias que regulan esta práctica y su promoción en la propia India.